Actualmente vivimos un cambio de paradigma que se ha visto acelerado por la crisis del COVID-19. La transformación digital y energética es imparable e inevitable, y está llegando a todos los ámbitos de nuestras vidas; también, por supuesto, al sector de las estaciones de servicio.

La Unión Europea ha sabido reinterpretar perfectamente este momento de crisis sanitaria. Su proyecto no es otro que el de aprovechar la coyuntura para abordar transformaciones decisivas, así como para definir nuevas estrategias y objetivos, además de plantear los cambios necesarios en materia de normativa. La urgencia de la situación implica que los plazos de actuación estén siendo muy cortos, pues las nuevas regulaciones ya se han publicado o están en pleno proceso de tramitación: el Green Deal, la Hoja de Ruta del Hidrógeno, la Ley de movilidad sostenible y financiación de transporte, etc.

Transformación energética y digital

La transformación energética tiene un objetivo principal y es que Europa debe ser climáticamente neutra en 2050. Por su parte, la transformación digital busca aumentar el valor de nuestras empresas, mejorar la experiencia con el cliente y optimizar nuestra manera de gestionar nuestros negocios.

Si nos centramos en el ámbito de las estaciones de servicio, el futuro es claro: son puntos esenciales, que pueden explotar con mayor éxito su situación clave si son conscientes de los cambios y se suman a ellos. Sin duda, las estaciones que no acometan ambas transformaciones desaparecerán o pasarán a formar parte de grandes empresas, perdiendo así su propia independencia.

Mantener la independencia de las PYMES del sector: la labor de CEEES

Europa lo tiene claro: la solución pasa por empoderar a las PYMES a la vez que se consigue una Europa más verde, más digital y resistente, plenamente preparada para el futuro.

Para ello, la Unión Europea ha diseñado un programa completo (el paquete de estímulos más grande de la historia) con un total de 1,8 billones de euros a través de los Fondos de Recuperación y de 200 millones de euros para ayudar a las PYMES a superar el impacto del Covid-19. De esa inversión global, un total de 140 mil millones de euros han sido asignados a nuestro país, de los que 70 mil millones serán distribuidos en subvenciones.

Con el fin de situar a nuestro sector en el lugar que le corresponde, desde CEEES se está trabajando duramente para canalizar fondos a través de dos vías posibles:

• Mediante un macroproyecto tractor, en colaboración con la CEOE.
• Mediante el diseño de un plan de transformación sectorial, contando con el apoyo de alguna de las grandes consultores (Big  Four).

El objetivo no es otro que utilizar estos fondos para renovar nuestro sector y adecuar nuestras instalaciones al nuevo escenario, en el que los combustibles fósiles convivirán con nuevas formas de energía durante largo tiempo, pero en el que previsiblemente acabarán siendo sustituidos por las mismas. Debemos preparar nuestras estaciones para el futuro, en definitiva: debemos ofrecer “la estación del futuro”.

¿Cómo es la estación del futuro?

Es evidente que las estaciones que se anticipen al inevitable cambio obtendrán una enorme ventaja competitiva. Para poder seguir siendo independientes y para poder ser rentables, es innegable que tendremos que replantear nuestra oferta de servicios, gestionar el pago vía app, convertirnos en centros logísticos de gestión de pedidos on-line… En definitiva, ver los inminentes cambios como oportunidades:

• Adoptando la transformación energética: incluyendo el vehículo eléctrico, el biometano, la energía fotovoltaica y el hidrógeno renovable.
• Adoptando la transformación digital: incluyendo medios de pago digitales, la cartelería digital, big data, business  intelligence, software integrador…
• Incorporando buzones de paquetería en nuestras estaciones, prestando servicios en nuestra comunidad, fomentando el comercio de proximidad (del campo a la mesa) …

En resumen, debemos ofrecer una nueva experiencia cliente en nuestras estaciones, sacando partido a nuestras localizaciones y convirtiéndonos en centros indispensables en nuestras zonas; no siendo solo indispensables desde el punto de vista del suministro, si no erigiéndonos como centros locales de servicios globales.

¿Por dónde empezamos?

Los cambios pueden dar miedo a priori, pero cuando son inevitables conviene aceptarlos con rapidez y verlos como lo que en realidad son: grandes oportunidades. Sabemos que juntos somos más fuertes, que asociados podemos conseguir mucho más y que, sin duda alguna, el momento es ahora.

Si defendemos nuestro sector, si lo acondicionamos para el futuro inminente, seremos dueños de nuestro destino. Todos sabemos que las estaciones de servicio son instalaciones con un gran potencial; solo en nuestras manos está obtener de ellas el máximo provecho.

¡Avanti!

Gustavo Mezquita

CEO de Altereco y Asesor Técnico de  CEEES